«Hay viviendas rurales a las que nunca llegará el saneamiento», admite Alemany

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La red de saneamiento de Gijón tiene una longitud de 786 kilómetros, siendo muy superior a la de ciudades como Oviedo, La Coruña o Santander. Pero para los vecinos de la zona rural se queda «muy» corta. Una docena de parroquias -de las 25 existentes- carece actualmente de este servicio público y el resto no cuenta con una cobertura completa. Los afectados pidieron ayer cuentas al gerente de la Empresa Municipal de Aguas (Ema), Luis Alemany: «Si no hay un cierto volumen de población, no os interesa llevar la red. O sea, hay casas que están condenadas a no tener saneamiento».

Alemany admitió que «hay viviendas a las que nunca lleguemos, porque no podemos llevar la red a cualquier sitio». La limitación no es sólo técnica. Los costes de la instalación también influyen, y mucho. En el caso de las zonas menos pobladas, «el coste del saneamiento por casa puede llegar a los 20.000 euros», aseguró el gerente de EMA, encargada de gestionar el alcantarillado y el abastecimiento de agua en el concejo.

La empresa, sin financiación municipal, sufraga gastos con cargo a los fondos de cohesión, al canon del agua y a las tarifas por enganche (2.400 euros, en el caso del saneamiento). Los vecinos, aparte de lamentar «que manden los números en algo tan esencial» como el agua o la evacuación de residuos, reprocharon a Luis Alemany que «Ema esté ganando dinero con nosotros, y no tendría por qué ser así». Reproche al que respondió: «Que nadie lleva para casa el dinero, que revierte en los ciudadanos».
El gerente de la Ema se expuso a las críticas de muchos de esos ciudadanos en el transcurso de la jornada que la Federación Les Caseríes organizó ayer sobre agua y saneamiento en la zona periurbana y rural. La concejala de Medio Ambiente y presidenta de la Ema, Dulce Gallego, también participó en el acto, aunque por motivos de agenda no pudo quedarse al cruce de opiniones.
Los vecinos tacharon su intervención de «excesivamente electoralista» y no se dejaron cautivar por las cifras de la inversión realizada en la zona periurbana y rural -40 millones en seis años- o la extensión de la red de distribución de agua -que duplica el ratio nacional-. Al final, su conclusión fue que «en pleno siglo XXI, hay quien tiene problemas de agua y de saneamiento».

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