Arquitectos de la ciudad aportan su visión técnica del proyecto de las vías
La sociedad Gijón al Norte, creada para reordenar los terrenos que se liberen con el soterramiento ferroviario, tiene a la ciudad pendiente de un hilo. Su proyecto urbanístico para la playa de vías, que firma el estudio madrileño de Jerónimo Junquera, supondrá una transformación de tal envergadura que tanto vecinos como técnicos siguen con lupa la operación. El club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, en colaboración con la Sociedad Cultural Gijonesa, ha decidido organizar un coloquio para analizar a fondo este macro plan.
El acto se celebrará esta tarde a las 19.30 horas en el centro municipal de La Arena. Intervendrán los arquitectos José María Cabezudo y Joaquín Aranda y el presidente del movimiento vecinal gijonés, Amador García. El diseño previsto para la estación intermodal, que se construirá a la altura del viaducto de Carlos Marx, en Moreda, acaparará buena parte del debate al ser uno de los aspectos más cuestionados del plan de vías. La entrada al coloquio será libre.
La propuesta de Junquera, ganadora de un concurso público al que se presentaron algunos de los arquitectos más reputados a nivel internacional, se dio a conocer hace un año. El técnico madrileño, que tiene en el gijonés Javier Fombella su apoyo local, lleva desde entonces elaborando el que será el proyecto definitivo. Supuestamente el plazo para concretar la documentación finalizaba en el mes de noviembre. El proceso se ha dilatado por la complejidad de la actuación.
Jerónimo Junquera, con el visto bueno de la sociedad Gijón al Norte -dirigida por el Ministerio de Fomento, el Gobierno del Principado y el Ayuntamiento-, pretende construir un hilera de torres en paralelo a la avenida de Juan Carlos I. Una de ellas será un hotel de cinco estrellas, que se elevará 22 plantas del solar que los Masaveu tienen en la zona de las vías. Los bloques restantes podrían superar las 30 alturas, aunque ésta es una de las cuestiones que todavía está sin determinar.
También se prevé construir un bulevar acristalado en las proximidades de El Humedal. Bajo esta cubierta traslúcida se combinará el uso residencial y los comercios. La reordenación de las vías se completará con la construcción de la estación intermodal comprometida por el Principado. La futura terminal de trenes y autobuses no irá soterrada totalmente, en contra de lo barajado en un principio. Los vecinos, molestos por el hecho de que no se eliminen las vías hasta Veriña, temen que el equipamiento se convierta en una nueva barrera arquitectónica. Preocupación compartida por una mayoría de arquitectos de la ciudad