Vecinos y arquitectos coinciden en que la futura estación de Moreda mantendrá la barrera entre el Polígono y El Natahoyo

Arquitectos y vecinos se dieron cita ayer en el Centro Municipal de La Arena para debatir sobre el proyecto de integración del ferrocarril en la ciudad y sobre la solución ideada por el equipo de Jerónimo Junquera para eliminar la barrera ferroviaria de la ciudad.

Asistieron como ponentes los arquitectos José María Cabezudo y Joaquín Aranda, así como el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV), Amador García, si bien indicó que lo hacía a título personal. Los tres coincidieron en que la futura estación de Moreda supondrá una barrera entre El Natahoyo y el Polígono de Pumarín. Así, Aranda aseguró que, por la maqueta que estuvo expuesta en el Museo del Ferrocarril, «se deduce que el equipo redactor del proyecto se encontró con un problema irresoluble que trató de esconder. Es el edificio de la estación, cubierto por una montaña artificial, que se convierte en una muralla para la conexión de esas dos partes de la ciudad».

La misma opinión tiene José María Cabezudo, quien considera que «la barrera ferroviaria se soluciona tímida y parcialmente. No se soluciona el problema del ferrocarril de largo recorrido, porque la estación no se soterra. Era mejor el plan para construir una estación intermodal soterrada en El Humedal».

Amador García fue más allá y, además del problema que supone la estación, añadió que «los barrios del oeste de Gijón seguirán estando separados. A veces cuesta entender por qué no se hace una estación soterrada. Ella misma es una barrera, pero creo que los responsables ya tienen tomada la decisión y no quieren soterrar las vías hasta Veriña, como es la reivindicación vecinal».

Falta de información

Sobre este punto, los arquitectos apelaron a la falta de información sobre los datos económicos del proyecto, que, según indicaron, nadie ha dado a conocer, por lo que no se puede afirmar de forma fehaciente si la operación sería viable o no.

Pero, si los ponentes reconocieron que el proyecto presentado por Jerónimo Junquera al concurso de ideas convocado por el Ayuntamiento era el mejor, aseguraron que hay detalles que podrían ser mejorados durante el periodo de información pública. José María Cabezudo hizo referencia a una zona comercial acristalada prevista para las inmediaciones de El Humedal, que él considera que «crea poca ciudad. Además, también faltan viales trasversales entre la calle de Teodoro Cuesta y El Humedal», con el fin de conectar El Parrochu con la playa de Poniente.

Pero este arquitecto quiso ahondar en lo que supondrá la obra para la ciudad y, en su opinión, «el verdadero problema a debatir es si se consiguen unas infraestructuras acordes con las necesidades de Gijón. Hemos de ver si el AVE llega a la ciudad. Sospecho que no, pues a partir de Valladolid será velocidad alta, que supone que el tren irá cien kilómetros por hora más despacio. Además, no sería desdeñable que sólo hubiera una estación del AVE para toda Asturias, en Llanera. Esto es lo que debe preocupar a los gijoneses».

Sobre la participación de los ciudadanos se mostró crítico Amador García, pues aseguró que desde las administraciones «no se nos escucha. No pintamos nada. No podemos opinar sobre el modelo de ciudad que queremos. Hay que tener en cuenta que los procesos de información pública no permiten la participación, porque ya está todo decidido y sólo se corrige algún detalle legal. Nosotros queremos poder participar antes de que se hagan los proyectos».

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