La EMA dice que la depuradora de Aboño no puede sanear todas las aguas de Gijón

La Empresa Municipal de Aguas (EMA), que lleva desde agosto de 2005 la explotación de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Aboño, es taxativa. La planta que actualmente trata las aguas residuales de la zona Oeste no tendría capacidad para unificar todo el saneamiento de Gijón como reclaman algunas parroquias rurales como Somió. El gerente de la EMA, Luis Alemany, asegura que el volumen de aguas que reciben las instalaciones de La Reguerona varía mucho en función de las épocas del año -en verano crece mucho la demanda- y que ni siquiera en situaciones de baja demanda la depuradora podría asumir a día de hoy el 100% de las aguas residuales del concejo.

Además el propio diseño de la planta y sus actuales dimensiones, explica Alemany, hacen inviable la concentración allí de todo lo que baja por los desagües de las viviendas e industrias gijonesas. En concreto está concebida para un caudal máximo de 5.000 litros por segundo y un caudal medio de entrada a tratamiento biológico de 1.590 litros por segundo.

Según este planteamiento, las instalaciones no pueden asumir más de lo que ya tienen encomendado, esto es, el saneamiento del agua sucia del concejo de Carreño, su zona industrial limítrofe y toda la cuenca Oeste de Gijón (unos 180.000 habitantes).

Durante el pasado año se trataron en la EDAR un total de 25.684.260 metros cúbicos de agua bruta. Asimismo, se transportaron al vertedero de Cogersa 13.229 toneladas de residuos, de los cuales 12.573 correspondieron a lodos deshidratados. Según la EMA, la depuradora reduce entre un 65 y un 75% la contaminación de las aguas que se vierten finalmente al mar por el emisario de Aboño.

Estas explicaciones no convencen, sin embargo, a la Asociación de Vecinos San Julián de Somió, los principales opositores a la construcción de una segunda depuradora en la zona Este. Su secretario, Miguel Ángel González-Posada, afirma que La Reguerona se diseñó como una macrodepuradora capaz de dar servicio a otras localidad del área central de Asturias y funciona actualmente al 40% de su capacidad.

Disfunciones tecnológicas

«En lugar de gastarse una millonada en una nueva planta, con el riesgo de diseminar nuevos focos contaminantes para la bahía gijonesa, lo más fácil sería rediseñar y ampliar si es necesario las instalaciones ya existentes», defiende González-Posada, quien insiste en que la depuradora de la zona Oeste tiene disfunciones desde su puesta en servicio, sobre todo de equipamiento tecnológico, que hacen que trabaje por debajo de su rendimiento óptimo.

El secretario del colectivo San Julián opina que hay espacio suficiente en Aboño, al final de la planta de carbones, y si no considera que también se puede ganar terreno para ampliar La Reguerona al amparo de las obras de ampliación de El Musel. González-Posada juzga que la segunda EDAR «la quieren meter con calzador porque IU y ‘Churruca’ dijeron que los ricachones de Somió se van a ‘tragar’ su caca».

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