En honor a la verdad, datos son razones

FUENTE; LA NUEVA ESPAÑA

Manuel Cañete Pantoja Soy asiduo lector de «El cormorán» Javier Morán en su columna diaria de LA NUEVA ESPAÑA. Me recuerda, en su columna, a los próceres de la patria en las viñetas de Peridis, subidos en la suya y «filosofando» de sus cosas.

He de decir que el artículo publicado con fecha 4 de marzo de 2015, bajo el título de «Corta y casta», no se ajusta, en honor a la verdad, a la realidad de los hechos y demuestra que no se sigue mucho de lo publicado en el periódico donde escribe.

No es la primera vez que «El cormorán» nos da a «retorcer», con o sin razón, a las asociaciones vecinales y la FAV (recuerdo la columna del 17 de enero de 2014, bajo el título de «Curiosa confluencia», sobre el PGO, donde decía que dicho documento, el de la FAV, cojeaba e incluso insinuaba que huele demasiado a izquierda y particularmente al PSOE ¡Qué poco sabe de la realidad de la FAV actual y qué poco indagó de quién copia a quién! También minusvaloraba la representación de las asociaciones en sus barrios por escasa aunque éstas sumen, por lo bajo, más de 25.000 personas), y alcanza a escribir que llevamos diez años sin darnos cuenta de que la cosa del plan de vías iba mal.

Confieso que en algún momento, leyendo su columna, he llegado a pensar que podía tener razón (obviando que usted puede desconocer la complejidad de lo que es el movimiento vecinal), pero me he puesto a repasar mi memoria, los hechos y hemerotecas y resulta que cuando aparece el proyecto del «tunelón» de Cascos, que, a nuestro entender, pervirtió la demanda de la supresión de la barrera ferroviaria de Gijón, fue la FAV (los vecinos) una de las pocas voces que exigieron el soterramiento de vías hasta Veriña y no un túnel que nadie quería. Por favor, pídales cuentas a otros.

Resulta que cuando en 2005 se cambió el proyecto, en aquella ocasión se nos dijo que por otro más «racional» y técnicamente sostenible, fue de nuevo la FAV y los vecinos asociados quien exigió, tras muchos debates internos y con el Ayuntamiento, que dicho proyecto no cercenase la posibilidad posterior del soterramiento y la intermodalidad del transporte. Resulta que en 2007 la FAV presenta un manifiesto firmado por todos, incluido el PP y con la excepción del PSOE entonces gobernante, por el soterramiento total de las vías. Quiero recordar que los vecinos levantaron la voz contra tanto despropósito y me vienen a la memoria tres asambleas multitudinarias de los vecinos del Polígono y la protesta que, algunas asociaciones vecinales más «implicadas» de la zona, realizamos en el entorno de 2008 contra las barreras así como las alegaciones al plan especial que hizo tanto la FAV, como las asociaciones de vecinos de Poniente, Moreda o el Polígono, entre otras, contra el proyecto de vías y urbano. Por favor, en esto también, pídale cuentas a otros.

Resulta que ya en 2010 denunciamos el «parón» de todo el proceso, que en 2011 se lo trasmitimos a la recién electa alcaldesa, Carmen Moriyón, que hemos propuesto que el Consejo Social se pronunciase, que en 2012 se creó, bajo dicha propuesta, una subcomisión en el Consejo Social municipal donde ni un solo partido político quiso estar presente. Resulta, en honor a la verdad, que en marzo de 2013 realizamos una charla «Para no perder el tren», donde estuvieron representantes a nivel local y regional para hablar de ello. Resulta que en 2014 propiciamos mesas de encuentro con organizaciones políticas y sociales de Gijón, que recogimos firmas en verano, cuando los demás parecen que descansan, y repartimos dípticos por toda la ciudad para dar un impulso a todo esto. Resulta que hay un manifiesto de todos, salvo el PP en este caso (que cosas tiene la razón de estado), que demanda un proyecto, unos plazos y una inversión pública que lo garantice y resulta que somos el referente, para bien o para mal, de todo esto que se mueve ahora.

Sólo nos queda decir que ha merecido la pena el esfuerzo inmenso realizado, las horas y horas de debates y trabajo, si conseguimos salir de este letargo.

Señor Morán, con todo el respeto le digo que algo habremos hecho bien los vecinos organizados en todo este tiempo de silencio de los demás y perdóneme si le digo que desconocía su cabreo personal sobre este asunto crucial para Gijón, con el cual me solidarizo. Bienvenido, por tanto, al cabreo que muchos vecinos de esta ciudad sentimos desde hace ya mucho tiempo.

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