CIENTOS DE PERSONAS ACUDIERON A LA CONVOCATORIA DE LA FAV PARA VISIBILIZAR LOS PROBLEMAS DE LA ZONA OESTE

«También somos Gijón y pagamos impuestos, pero no aparecemos ni en planes ni en proyectos ni en presupuestos». La zona oeste expresó anoche el hartazgo con su sensación de abandono rugiendo con una sola voz. Las asociaciones vecinales de los barrios que la integran (La Calzada, Jove, Tremañes, El Natahoyo, Moreda, Veriña, Portuarios, Pescadores y El Muselín) movilizaron a decenas de personas, que desfilaron en marchas nocturnas con velas, mecheros, luces y linternas de móvil para simbolizar «la invisibilidad» con la que consideran que les mira el Ayuntamiento y el resto de administraciones públicas. La puesta en escena de un cortejo fúnebre fue también para hacerse notar en un distrito que, según ellos, «agoniza», pero en el que los vecinos mantienen su espíritu reivindicativo «muy vivo».

Una marcha salió de la iglesia de Fátima, desde La Calzada, a las 22 horas y una segunda partió, a la misma hora, desde las antiguas casas de la Junta del Puerto en Jove, en la calle Francisco Eiriz. Las dos caminaron acompañadas de charangas, con los presidentes vecinales encabezando cada comitiva con sendas pancartas, y confluyeron en la playa de El Arbeyal a las 22.30 horas.

Los participantes en la protesta nocturna clamaron para que se salden las dos deudas históricas contraídas con las zona oeste desde hace 20 años: la ejecución de los accesos de El Musel (el vial de Jove) y poner fin a la división de barrios que supone el mantenimiento de la barrera ferroviaria. También urgieron mejoras en cuanto a movilidad, mantenimiento urbano y seguridad en una parte de la ciudad «tan degradada y víctima de una contaminación cada vez más insoportable». Pusieron de relieve que la zona oeste «es la que soporta la inmensa mayoría de la actividad industrial, lo que provoca problemas por el intenso tráfico pesado que discurre por la zona, por la ineptitud política que ha permitido llegar al 2022 sin accesos a El Musel con una histórica división con la zonas este y sur de la ciudad que no tiene vías de solución, y una contaminación muy por encima de lo tolerable, llegando a cubrir las casas y los coches de la zona con residuos de materiales pesados».

En la lista de sinsabores, los participantes hicieron constar asimismo «el problema de la falta de limpieza, escaso mantenimiento y descuido generalizado en cuanto a cuidado de zonas verdes» y la existencia de «un subsuelo con vertidos tóxicos en las fuentes de Jove y del Muselín». Reclamaron además un desagravio por la exclusión de buena parte de los barrios de la zona oeste del Plan de Movilidad aduciendo que tienen «escasa densidad de población».

El presidente de la Federación Vecinal Urbana, Manuel Cañete, leyó un manifiesto en el que reclamó «un plan integral de inversiones municipal para mejorar la limpieza y el cuidado de los barrios, mejorar la comunicación de la zona, carreteras y caminos de Veriña, Pescadores, Portuarios, Tremañes, Jove y Muselín». «La paciencia ya la hemos puesto. Ahora toca a los gobernantes ponerse manos a la obra», zanjó.

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