Gijón: la conquista del Oeste

Las elecciones locales se deciden en unas coordenadas geográficas muy concretas: exactamente en la zona oeste de la ciudad.

FUENTE: NORTES

Víctor Guillot

26 de abril de 2023

Ya hemos dicho en esta columna desde hace unos meses que las elecciones en Gijón se deciden en unas coordenadas geográficas muy concretas. Exactamente, en la zona oeste de la ciudad. De aquí hasta el 28 de mayo, sabremos qué recepción ha tenido el Plan de Movilidad, las ecomanzanas en el barrio de La Calzada, los aparcamientos disuasorios, los pactos por el medioambiente que se han ofrecido entre sí los candidatos, pero también el Plan de Vías, el Vial de Jove, el Solarón, la oposición a la planta de pirólisis en El Musel y las empresas azules que ocuparán los viejos tallerones de El Natahoyo. El que no vea que hay, al menos, ocho años de gobierno en todos esos asuntos o, lo que es lo mismo, un verdadero programa político capaz de sumar fuerzas, estrategias y consensos, es que está ciego o, sencillamente, no lo quiere ver.

La conquista del Oeste es el programa político de esta campaña electoral en Gijón. La zona oeste, el corazón industrial de la ciudad, tiene sus particularidades demoscópicas desde que irrumpió FORO en 2011. Si se repite la pauta de otros comicios, volveremos a ver trasvases de votos de Podemos a Foro, de la misma manera que hubo trasferencia de Foro a Podemos en las elecciones de 2015 en bastantes mesas electorales del barrio de La Calzada. A su manera, se ha establecido un voto anti-psoe, una dinámica maniática y perversa que sólo un socialista sin carné como Floro puede rescatar de ese agujero negro en el que el partido de José Ramón García, Monchu, suele caer desde entonces.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La conquista del Oeste implica una agenda de precampaña y campaña. Sorprende como Foro la está desarrollando. En ocasiones es una auténtica carta de los reyes magos, pura fantasía, pero no se nos debe olvidar que las campañas electorales también están pensadas para ilusionar a los ciudadanos y que, en términos electorales, ilusionar es sinónimo de movilización del voto.

Movilizar el voto significa también sentarse a dialogar con las naciones indias. Cañete, el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, es el jefe indio que viene recibiendo a cada uno de los partidos y ha marcado la pauta en los asuntos del Oeste, algunos tan relevantes como el Plan de Movilidad, el Plan de Líneas de EMTUSA que, curiosamente, pretende conectar el oriente con el occidente local o la oposición frontal a la Planta de pirólisis, donde Floro comenzó a ampliar y conectar su agenda con la actualidad. Cañete envía señales de humo que los buenos rastreadores saben leer e interpretar. Por la manera en que sean recibidas las señales, sabremos cómo será también la deriva electoral en la ciudad.

“Cañete, el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, es el jefe indio que viene recibiendo a cada uno de los partidos y ha marcado la pauta en los asuntos del Oeste”

Más allá de la verdad o la mentira que encierran sus propuestas, la agenda de Carmen Moriyón está perfectamente calendada. Cada una de ellas dura algo menos de una semana, logra arrastrar al resto de partidos en los medios de comunicación, se han medido desde cuándo y hasta cuándo deben ser comentadas, analizadas, discutidas. Mientras Floro aparece a lomos de su caballo, oculto bajo los riscos del Gran Cañón, Carmen Moriyón tiene organizada una caravana que apunta siempre hacia el oeste.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la conquista del Oeste, algunos partidos se juegan la emancipación de su pasado. Su discurso aflora contra su propia gestión y parte de esa gestión ha tenido lugar en el oeste. A Floro ya le hemos visto desmarcarse del gobierno del Ayuntamiento, marcar posición política, relieves de hombre que está por encima de los cismas. El candidato de IU, Javier Suarez Llana, que se juega dos o, incluso, tres concejales, no padece esta circunstancia. No se siente lastrado por el gobierno. Juega con el viento del oeste a su favor. Le bastará con verificar el grado de aceptación de la obra de su antecesor, Aurelio Martín, sin perder de vista las señales de humo que envían las tribus indias de Cañete. Por su parte, Podemos no encuentra encaje en la conquista. Se ha quedado en un puerto británico, en la sede del partido, discutiendo si sus compañeros son polizones trumpistas, bolsonaristas o, simplemente, delincuentes.

A la derecha de Foro, sobrevuelan los buitres y rondan los coyotes. VOX tiene un suelo de dos concejales, definidos en las encuestas, inalterables. Vox es una abstracción nacional, sin capacidad para crecer o reducir su resultado. En la conquista del oeste VOX pesará siempre dos concejales y su importancia se definirá después del 28 de mayo, si Carmen Moriyón tiene opciones de ganar. El PP de Pumariega sólo funcionará con los votos de Ciudadanos. Se juega sumar dos concejales más y ser el partido que apoye a Moriyón en la investidura. El olimpismo rebajado de la candidata no cobrará protagonismo hasta entonces.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En contraposición a ese espíritu de conquista, llama poderosamente la atención que el presidente del Principado, Adrián Barbón, viva ajeno a las vicisitudes electorales de la ciudad más poblada de Asturias. No parece sentir mucho interés por la campaña de Gijón ni por los socialistas. Gijón es un horizonte demasiado lejano y el Lejano Oeste, desde el Capitolio de Laviana, mucho más. Mientras tanto, a escasos 15 días de que comience la campaña electoral, la ex-alcaldesa forista ha jugado a ocupar los huecos que Floro iba dejando en el terreno. La conquista del Oeste es, precisamente eso, ocupar espacio, territorio, suelo. Un periódico, una radio, una concentración, todo sirve para dejar instalada la tienda de campaña, primero, y el fortín después. Vivimos días en los que se decide quiénes son los colonos y quienes no tendrán oportunidad de refundar la ciudad, quiénes son los que tienen algo que perder y quiénes lo tienen todo por ganar. Quizá ese espíritu, el de la conquista, es el que domina estas elecciones, en unos partidos más que en otros. Sin espíritu de conquista, la derrota estará asegurada.

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