La multinacional señaló ayer que «ha aprobado las inversiones necesarias para iniciar los trabajos preparativos» en las plantas de Dunkerque y Gante» para «la sustitución de hornos altos por plantas de reducción directa del mineral de hierro (DRI) y hornos eléctricos», y que «están avanzando», dijo, «hacia la fase FEED», un acrónimo que hace referencia a la etapa de desarrollo de la ingeniería básica una vez que ya se ha determinado que el proyecto es factible económica y técnicamente.
En el caso de Asturias, se halla en esta situación desde el 27 de julio el futuro horno eléctrico que reemplazará la actual acería de Gijón, y cuya inversión ya fue aprobada por la dirección de la multinacional en Luxemburgo. Sin embargo, aún no ha recibido el plácet definitivo de la compañía la futura planta de reducción directa (DRI), que deberá sustituir el horno alto B, y que es la inversión más cuantiosa del total de 1.000 millones previstos para la factoría asturiana. Para el DRI de Gijón el Gobierno de España aprobó el 4 de abril (previa autorización por la Comisión Europea) la concesión de 450 millones en ayudas públicas.
En el caso de Gante y Dunkerque, la multinacional «ha aprobado el gasto de capital para iniciar los trabajos de preparación ‘in situ’» y para el aumento de «la conectividad con suministros de energía de terceros en previsión de un incremento del consumo en el futuro», señaló la compañía. La empresa no hizo mención ayer a la descarbonización de la fábrica asturiana.
El eje Gante-Dunkerque se considera una pieza clave en la estrategia europea de ArcelorMittal. En el caso de la factoría de Gijón, miembros de la dirección expresaron a la representación laboral el martes en Extebarri, según testimonios sindicales, que en este momento lo prioritario es el horno eléctrico ya aprobado. Para comprometer el DRI, Arcelor está a la espera de despejar la incertidumbre sobre el coste de la energía (sobre todo del hidrógeno verde) y de la posibilidad de redefinir los plazos de ejecución, que vencen en 2026.
El grupo gana el 57% menos, pero es optimista a medio y largo plazo
Arcelor declaró un beneficio neto de 3.885 millones en los nueve primeros meses, el 57% menor que un año antes. En el tercer trimestre el resultado neto se situó en 929 millones de dólares, el 50,05% inferior al obtenido en el mismo periodo de 2022. La empresa lo atribuyó al diferencial negativo del precio de venta y los costes, una disminución del 3,7% en las expediciones de acero y el «desafiante entorno del mercado». La siderúrgica subrayó no obstante que «se mantiene positiva sobre las perspectivas de demanda de acero a medio y largo plazo» y aseguró que «está respaldada por su sólida posición financiera» y que «sigue centrada en la ejecución de su estrategia de crecimiento con capital». ArcelorMittal dijo que, pese al menor beneficio registrado, «la compañía continúa demostrando estructuralmente una rentabilidad mejorada», con un resultado bruto de explotación («ebitda») entre junio y septiembre de 1.865 millones (inferior a los 2.605 del trimestre anterior y a los 2.660 del tercer trimestre de 2022, pero superior a la previsión de los analistas) y un «ebitda» por tonelada de 136 dólares, que se sitúa, dijo «por encima de los promedios históricos a largo plazo del grupo», lo que «refleja», señaló, «los beneficios de la optimización de la cartera y proyectos estratégicos». Entre enero y septiembre, el «ebitda» suma 6.292 millones, el 51,23% inferior al de igual periodo en 2022. Las ventas en los nueve primeros meses se redujeron en tasa interanual el 14,66% (ascendieron a 53.723 millones) y en el tercer trimestre la cifra de negocio (16.616 millones de dólares) fue menor al del segundo (18.606) y el 12,43% inferior al del tercer trimestre de 2022. La producción de acero bruto aumentó en Europa el 7,7% respecto al segundo trimestre de este año, pero la lenta entrada en actividad de los dos hornos altos de Gijón y Dunkerque que padecieron sendos incendios supuso que la fabricación cayera el 6,5% respecto al tercer trimestre de 2022. Aditya Mittal, CEO de ArcelorMittal, anunció ayer que ha decidido «encomendar a una entidad externa independiente la realización de una exhaustiva auditoría de la seguridad» en la compañía tras accidente en la mina Kostenko, en Kazajistán.