FIRMAS CONTRA LA EXTENSIÓN DEL PASEO GASTRO EN CIMAVILLA

La legitimidad democrática de gobernar, de tomar decisiones, la tiene quien ha sido elegido para ello, pero eso no es óbice para que se haga sin que haya participación alguna de los vecinos y vecinas más afectados.
Ni a la FAV ni a Cimavilla se les ha informado de nada.
La alcaldesa, Carmen Moriyón, asumió en campaña que iba a mejorar la participación y el diálogo y no parece, dos años después, que esta sea la prioridad en estos momentos.
Cimavilla vive prácticamente todo el año en un ambiente ajeno a sus vecinos como un barrio donde la calle es la prolongación de las barras de bares nocturnos. Súmese a eso el ruido que eso genera, el mal ambiente, las peleas y la suciedad que acaban en sus aceras y portales. Y, si faltaba algo, aumenta la turistificación y ahora también nuevos eventos de consumo masivo que saturan más la zona y cortan su movilidad y accesibilidad al barrio.
ASÍ NO

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